Hoy que la evidencia muestra que el período de precios altos de las materias primas ha llegado a su fin, podemos afirmar que hemos entrado a un nuevo escenario, cerrando en nuestro país un ciclo (2004-2012) caracterizado por el incremento de la inversión, la producción, las reservas internacionales, los ingresos para las empresas y la recaudación fiscal del sector extractivo. Este boom extractivo permitió al Estado peruano distribuir recursos entre las regiones y municipalidades y llevar adelante diferentes programas y proyectos en la fase inicial del proceso de descentralización.  

Al cabo de una década de "boom" planteamos que se abra un debate sobre el rol que cumplió la minería en nuestra sociedad y lo hacemos a partir del balance que sobre la generación, distribución y uso de la renta de la minería, gas y petróleo en el país, contenido en nuestro Reporte N° 19 de Vigilancia de las Industrias Extractivas, algunas de cuyas conclusiones hemos empezado a compartir en este blog.

En las entregas previas vimos cómo este "super ciclo" generó una riqueza que no fue compartida y en también en qué condiciones se produjo la redistribución territorial de la riqueza generada, en el esquema de la descentralización. Ahora veremos otra de los fenómenos característicos del "boom minero" en el Perú: la canondependencia.

Canon-dependencia

Los gobiernos subnacionales, receptores de los recursos del canon y regalías, financiaron con ello parte importante de sus inversiones. Fue, en algunos casos, la principal fuente de financiamiento, provocando una muy alta dependencia de las transferencias, en especial en el caso de las municipalidades de las regiones productoras. Entre el 2008 y el 2012, alrededor de una quinta parte del presupuesto total de los gobiernos regionales se financió con transferencias de recursos provenientes principalmente de la minería. Esta situación empezó a revertir a partir de 2012, cuando los precios de los minerales caen, arrastrando a la baja las utilidades de las empresas y con ellas las transferencias por canon. Las regiones mineras (Ancash, Cajamarca, Moquegua, Tacna, La Libertad) han visto reducirse drásticamente sus ingresos por concepto de canon minero, que pasó de S/. 5,200 millones en 2012 a S/. 2,000 en 2015. Frente a este escenario que combina ingresos a la baja y con alta volatilidad, los reclamos de las autoridades y la protesta social van en aumento por la disminución del empleo generado a través de las obras públicas.   


Sin embargo, el peso de la renta extractiva en el financiamiento de las inversiones en los gobiernos regionales ha disminuido. Hasta el año 2010 financiaba más del 40% de las inversiones, y entre 2009 y 2010 financiaron más del 50%.


Foto: Paul Vallejos/ El Comercio