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Eduardo Ballón. Antropólogo de la Universidad Católica (PUCP). Investigador principal del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO) desde 1973. Parte del grupo Propuesta Ciudadana. Estudioso de la descentralización. Ha militado en diferentes grupos de izquierda.

“El PNP no participa en las elecciones regionales porque no quiere arriesgarse a hacer el ridículo”.

Eduardo Ballón. Antropólogo de la Universidad Católica (PUCP). Investigador principal del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO) desde 1973. Parte del grupo Propuesta Ciudadana. Estudioso de la descentralización. Ha militado en diferentes grupos de izquierda.

Publicado: 2014-09-29

Publicado originalmente en Revista Domingo, del diario La República.

Eduardo Ballón dice ser izquierdista aunque, a la vez, acepta que en nuestro país no existe una izquierda política. "Sigo siendo izquierdista, porque la izquierda es un sentimiento", afirma. El antropólogo lleva más de 40 años midiéndole la temperatura al país. Como parte de sus investigaciones para Desco, ha recorrido prácticamente todo el territorio nacional, recogiendo información sobre movimientos sociales, desarrollo local y, desde que comenzó ese proceso, él asegura que "se ha pasmado", de descentralización. 

Aparentemente, nos guste o no, las cosas están más o menos claras en Lima y el escenario postelectoral es previsible. Pero ¿qué pasará en las regiones después del 5 de octubre?

En la mayor parte del país, el 6 de octubre no va a haber un escenario claro. En otras palabras, solo sabremos quiénes son los dos que van a la segunda vuelta y, por tanto, la incertidumbre seguirá. Que estemos en esta situación lo único que indica es que no hemos aprendido de lo que hemos vivido y seguimos en un proceso de multiplicación de listas, con el añadido –y ese es el dato nuevo– que dada la proximidad de las elecciones presidenciales, los partidos se han puesto las pilas para fijar su marca y hoy día hay más listas de partidos nacionales que de movimientos regionales. En realidad, sin embargo, muchos de ellos están operando como vientres de alquiler.

¿A qué se refiere con eso?

En todo el país, los partidos nacionales no tienen vida partidaria significativa, no tienen presencia regional importante y buscan figuras que eventualmente los hagan visibles en el territorio y les garanticen una imagen nacional. El candidato del Partido Popular Cristiano en Tacna, por ejemplo, es un etnocacerista. Ayer (miércoles) vi a Lourdes Flores por televisión, haciendo acto de contrición y propósito de enmienda.

Están los partidos nacionales poniendo figuras con algún tipo de arraigo o popularidad aunque no tengan nada que ver con su ideología, sus posiciones...

En varios de los partidos hay eso. No en todos. Yo diría que Acción Popular está en un esfuerzo por recuperar institucionalidad y crecer como partido. Está presentando candidatos en 19 regiones. Más allá de lo que uno piense sobre AP, es un esfuerzo saludable para el sistema de partidos.

En estas condiciones, los resultados de la elección darán una falsa lectura sobre el real peso de los partidos en el país.

En los últimos procesos electorales, el voto de la gente es por figuras, por gente que baila bonito, que está en la televisión. Miremos el perfil de los candidatos que se han sucedido en las distintas elecciones. Son candidatos que tienen peso propio y una visibilidad en la región más allá de su historia política. Las viejas figuras históricas, estilo Juan Manuel Guillén o Pepe Murgia, es decir, viejos caudillos en un territorio, se están acabando. Pero hay una buena cantidad de ex presidentes regionales que quieren volver y una gran cantidad de ex parlamentarios que quieren ser presidentes regionales.

En las elecciones regionales del 2011, los partidos fueron licuados. Todos fracasaron, incluso los partidos con supuestos bastiones. ¿Eso cambiará en esta elección?

No. Incluso si ganan algunas figuras que van en las listas de los partidos, eso no quiere decir que han ganado los partidos. Acción para el Progreso (APP), por ejemplo, ganó en Ayacucho con el presidente Oscorima en las elecciones anteriores. Poco después, el presidente Oscorima no tenía nada que ver con APP, y hoy día el candidato por ese partido es Edwin Donayre, quien fue candidato al Congreso por Cambio Radical el 2011. Ahora el presidente Oscorima intenta su reelección desde su propio movimiento. En el fondo, la ausencia de los partidos nacionales en las regiones, paradójicamente, se mantiene, aunque aumente el número de listas que postulan con sus logos.

¿Los resultados de las elecciones del próximo domingo van a ser determinantes para las presidenciales del 2016?

No, no van a influir. Por eso yo preciso que mirar al 2016 significa llenar las paredes de mi marca. Arequipa, donde no existe APP, tiene pintas de APP. Tacna, donde el PPC es poco significativa, se ha llenado de pintas de PPC. Antes que ganar votos, su objetivo es ir empezando su visibilización de marca.

El Partido Nacionalista tiene cero candidatos a gobierno regional, ¿lo pone esto en peligro de extinción, en desventaja para el 2016?

Lo que tendríamos que preguntarnos es qué es el Partido Nacionalista a estas alturas de la vida. En el 2010, el nacionalismo tampoco tuvo candidatos regionales, salvo en Cusco. Sin embargo, en las elecciones nacionales pasó lo que pasó y arrolló en regiones donde no tenía candidatos ni figuras. Desconozco cuáles serán las especulaciones de quiénes integran el PNP, pero es más o menos claro que sus problemas electorales de cara al 2016 no pasan centralmente por participar o no participar en estas elecciones regionales. En fin, yo tengo la impresión de que en el PNP deciden no participar en las elecciones primero porque no tienen una estructura nacional; pero, segundo, porque no quieren arriesgarse a hacer el ridículo.

Los últimos años han estado marcados por una relación difícil entre el gobierno nacional y los regionales. El presidente Humala tendrá que esperar con un poco de angustia a la segunda vuelta para saber cuál es el nuevo escenario a enfrentar en la etapa final de su mandato.

Es que eso no es cierto. Esa es una fábula. El único gobierno regional que ha tenido problemas con este gobierno nacional, ha sido el de Cajamarca. Puno no lo fue en esta gestión. Moquegua, tampoco. Los problemas del gobierno nacional con las regiones se han convertido en un fenómeno nacional por la arremetida desde los órganos de control interno para demostrar que hay una corrupción gigantesca en los gobiernos regionales y para hacer ver que el gobierno nacional no tiene miedo de enfrentar la corrupción.

¿Pero no es cierto que hubo corrupción en muchas de las regiones?

Hay una corrupción inmensa en el Estado peruano. ¿Alguien ha hecho el ejercicio de cuántos congresistas están investigados en el Parlamento? ¿Alguien ha mirado cuántos casos está viendo el Ministerio Público con los sectores? ¿Nos vamos a olvidar de los CornejoLeaks? ¿Nos vamos a olvidar de Coca Cola? Todo eso es el Estado nacional, y si tenemos un Estado nacional corrupto y lo descentralizamos, vamos a descentralizar la corrupción. No cabe duda.

Están en contienda personajes que tienen una abierta oposición al gobierno, básicamente en temas económicos. No solo Gregorio Santos, también Walter Aduviri, Michel Martínez, Zenón Cuevas. ¿Eso debe preocuparle a Humala?

En sentido estricto, el único gran problema que ha tenido que enfrentar el gobierno nacional, y en el que ha tenido que retroceder, ha sido el tema de Conga, en Cajamarca. Bueno, y en alguna medida el Moqueguazo, porque ni siquiera con Aduviri hubo costos mayores para el gobierno nacional. Pero un gobierno provincial o regional que recién entra no va a poder hacer mucho salvo que tenga en ese territorio una lógica de movilización social muy fuerte y más o menos orientada en una dirección. Eso es lo que pasó en Conga, donde no es que la población de Cajamarca sea antiminera. Es que la población de Cajamarca estaba contra Yanacocha como resultado de una historia larga. ¿Existe en el territorio nacional algún espacio en donde haya algún conflicto equivalente al de Conga como para que el gobierno se preocupe? Hoy día no existe. Además, estamos en un escenario incierto. ¿Podrán ganar las elecciones Gregorio Santos, Aduviri, Martínez...? No lo sabemos.

Bueno, Gregorio Santos –aún desde la cárcel– encabeza las encuestas de intención de voto en Cajamarca.

En general, hay que decir que no hay encuestas buenas, públicas, sobre las regiones. Hay encuestas que dan resultados muy distintos más o menos en la misma fecha. La última encuesta que he visto de Cajamarca, publicada por La República regional, da como segunda a Rosa Florián, quien no aparece en ninguna de las otras encuestas. En cualquier caso, es evidente que Santos tiene fuerza en Cajamarca porque expresa la temperatura de un sector de esa región que se peleó a muerte con la minera Yanacocha.

Así esté en la cárcel, así caigan sobre él acusaciones de corrupción...

Las acusaciones de corrupción se han multiplicado en este país. Pero tomemos el caso más dramático, el caso más grosero, que es el caso de Áncash. ¿Se ha resuelto algo? Es decir, ¿el Ministerio Público, el Poder Judicial, ya han acusado de algo concreto a Álvarez o lo siguen investigando? Lo que quiero decir es que esos tiempos del Poder Judicial, de la Contraloría, le generan una enorme desconfianza a la gente en un país en el que hemos visto que el Ministerio Público estaba totalmente amarrado con lo que pasaba en Áncash, por ejemplo.

Y desde la cárcel, sin hacer campaña, Gregorio Santos podría ganar una elección.

Tú estás asumiendo que no están haciendo campaña. Gregorio Santos no está haciendo campaña personalmente, pero ahí hay una historia, ahí hay organizaciones sociales, ahí hay un movimiento. Independientemente de su partido MAS, Gregorio Santos tiene una historia política. En Cajamarca hay varias organizaciones sociales que, como resultado de una historia, están enfrentadas con Yanacocha, y el señor Santos termina encarnando la imagen de esa gente. Y esa gente va y vota.

La lógica en Cajamarca es "la permanencia de Santos garantiza la paralización de Conga", entonces?

No, nada garantiza nada. El que Santos encabece las encuestas tampoco garantiza que vaya a ser presidente en Cajamarca, porque probablemente en Cajamarca también haya segunda vuelta. En ese caso, probablemente haya un cargamontón de todos los que perdieron para cerrarle el camino a Santos. Por tanto, hacer pronósticos hoy día es difícil. Si Santos gana las elecciones en Cajamarca, el gobierno tiene un problema. Eso es clarísimo.

La posible reelección de Santos sería, entonces, la única razón que podría poner a rezar al Presidente.

No, pues, el Presidente debe estar muy alarmado por todo lo que oye, le cuentan y le dicen, y puede estar imaginando un escenario tremendo, en el que va a tener una gran cantidad de presidentes regionales opositores. Yo tengo la impresión de que desde que entró en el gobierno él ha desconfiado de las autoridades y de los poderes fuera de Lima. La demostración más cabal es que él entró comprometiéndose a profundizar la descentralización y a gobernar en diálogo con presidentes regionales y alcaldes, y no hemos visto nada de eso. De la misma manera que no hemos visto nada de lo que ofreció.

Al inicio las relaciones eran cordiales, pero con el paso de los años se pusieron tensas. Algunos analistas creen que la forma como sacaron a César Villanueva del cargo tensó aún más esa relación.

Villanueva es definitivamente una figura regional. Tengo la impresión de que él fue usado de la misma manera que en el pasado usaron a Yehude Simon. Las relaciones pueden haber sido más cordiales en la medida que los presidentes no son tontos; ellos saben que una condición de su éxito pasa por una buena relación con el gobierno nacional, que maneja los recursos de los cuales dependen. Creo que el quiebre de la relación, que la molestia de la enorme mayoría de los presidentes regionales, ha sido una molestia ante un cargamontón en donde se empezaron a multiplicar las acusaciones por corrupción. Un día era Cajamarca, el otro Pasco, luego Piura...

Los empezaron a mencionar a todos y era clarísimo que quien lanzó el asunto fue el gobierno central.

Pero no solo fueron acusaciones. Hay varios presos.

Sí, claro, hay tres presos.

Hay tres presos y muchísimos más con denuncias o acusaciones.

Sí, claro. Ahora, hay una gran cantidad de militares y generales presos y acusados del fujimorismos y una gran cantidad... La única diferencia es que los generales fueron juzgados.

Yo no quiero defender a ninguno de los presidentes regionales. Si eventualmente tienen responsabilidad y culpa, que sean castigados, y apliquemos la misma medida para todas nuestras autoridades. ¿Hay algún proceso contra el señor Cornejo? ¿Le han preguntado al señor Castilla por lo de la Coca Cola? Tengo la impresión de que el tema de fondo que no queremos ver es que tenemos un Estado, un sistema político, que se está desmoronando.

¿Dice que hubo un interés del gobierno detrás de las acusaciones contra las autoridades regionales para tapar su propia corrupción?

Yo no me atrevo a decir porque no tengo evidencia de que hubo una intencionalidad. Lo que sí puedo decir enfáticamente es que en determinado momento se dieron cuenta de que esa era la manera de hacerle sentir a la gente que estaban luchando contra la corrupción y de esquivar una cantidad de investigaciones sobre corrupción que vinculan a figuras del gobierno, del Poder Judicial, del Ministerio Público, del Congreso, etc.

¿Con todos los problemas en el proceso de descentralización que se han evidenciado, con todas estas acusaciones de corrupción, qué tanta legitimidad tiene la figura del presidente regional ahora?

Nunca tuvo una legitimidad muy alta, primero. Y sí, ha perdido parte de la legitimidad que tenía como resultado del cargamontón. Pero no podemos guiarnos por encuestas, porque si me guío por ellas uno podría decir irresponsablemente que, en medio del cargamontón, hay un 22% de la gente que está de acuerdo con la descentralización y eso es muchísimo más que la aceptación que tiene el Congreso, el Poder Judicial o el Presidente.

Según la Defensoría, hasta agosto había 205 conflictos sociales en el país. ¿El resultado de estas elecciones influirá en alguna medida en el desarrollo de estos conflictos?

Si tú miras el informe completo de la Defensoría vas a darte cuenta de que la gran mayoría de los conflictos son de competencia nacional y son socioambientales. Creer que los presidentes regionales o los alcaldes van a promover conflictos es creer que se están haciendo elegir para suicidarse. En un conflicto social, los primeros en desaparecer del mapa son ellos, porque no pueden resolverlos y porque alrededor de un conflicto particular no tienen la capacidad de mover a un territorio nacional.

Entrevista de Ana Núñez y foto de Omar Lucas.


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